Qué es la Programación Funcional?

La programación funcional, o mejor dicho, los lenguajes de programación funcionales, son aquellos lenguajes donde las variables no tienen estado — no hay cambios en éstas a lo largo del tiempo — y son inmutables — no pueden cambiarse los valores a lo largo de la ejecución. Además los programas se estructuran componiendo expresiones que se evalúan como funciones. Dentro de los lenguajes funcionales tenemos Lisp, Scheme, Clojure, Haskell, OCaml y Standard ML, entre otros. Estos lenguajes están diversidad de tipificación, donde se encuentran lenguajes dinámicos, estáticos y estáticos fuertes.

En los lenguajes funcionales las instrucciones cíclicas como for, while y do-while no existen. Todo se procesa usando recursividad y funciones de alto orden. Esto se debe a los fundamentos matemáticos de la mayoría de los lenguajes funcionales, principalmente con bases en el sistema formal diseñado por Alonzo Church para definir cómputos y estudiar las aplicaciones de las funciones llamado Cálculo Lambda. En este sistema formal se puede expresar recursividad en las funciones, y entre otras cosas interesantes, se pueden expresar combinadores — funciones sin variables libres — como el Combinador de Punto Fijo o Y-Combinator, que expresa recursividad sin hacer llamadas recursivas. En el Cálculo Lambda existen tres transformaciones esenciales, la conversión α, la reducción β y la conversión η. En la conversión α se sustituyen los nombres de las variables para dar mas claridad a la aplicación de las funciones, por ejemplo evitando duplicados en sus nombres. En la reducción β se traza el llamado de las funciones sustituyendo las funciones por sus expresiones resultantes. Finalmente en las conversiones η se busca las equivalencias de trazado de funciones sustituyéndolas por sus equivalentes. Estas transformaciones también pueden ser aplicadas en los lenguajes funcionales — o en su mayoría — dando lugar lenguajes que cuentan con una gran expresividad y consistencia.

Les pondré el clásico ejemplo del chiste geek del castigo “Debo poner atención en clases”. La respuesta geek expresada en PHP esta escrita a continuación. Donde PHP es un lenguaje dinámico, no necesita declarar variables y es un lenguaje orientado a objetos con raíces imperativas. Sus instrucciones son paso a paso, y no constituyen una única expresión reducible.

<?php

    /* codigo PHP */
    for ($i = 0; $i < 500; $i++) {
        echo "Debo poner atencion en clases";
    }

 ?>

Si usamos Haskell como ejemplo, que es un lenguaje funcional con tipificación estática fuerte, requiere que las variables sean declaradas con un tipo — la mayoría de las veces — y es muy expresivo, donde el siguiente ejemplo dice repetir la cadena, tomar 500 elementos y con esa lista ejecutar la función monádica putStrLn, que esta hecha para el Monad IO e imprime la el mensaje las 500 veces solicitada.

module Main (main) where

-- codigo Haskell

main :: IO ()
main = mapM_ putStrLn $ take 500 $ repeat "Debo poner atencion en clases"

En Lisp sería similar, pero Lisp es de tipificación dinámica y no necesita declarar variables, dando lugar a un programa muy simple de una sola linea. Donde también tenemos lenguajes como Clojure, que es un dialecto de Lisp y soporta construcciones muy similares a las del ejemplo en Lisp, dando lugar a programas expresivos y simples, pero que corren sobre la máquina virtual de Java o JVM.

;;; codigo Lisp

(loop repeat 500 do (format t "Debo poner atencion en clases~%"))

Un ejemplo clásico para la conversión η en Haskell, es reducir las llamadas a funciones en su combinador de identidad. Por ejemplo se tiene la función f(g(x)), que en Cálculo Lambda se expresa como λx.(λy.y)x, se puede reducir a g(x), que se expresa como λy.y en Cálculo Lambda. Esto expresado en Haskell, se vería como el siguiente ejemplo, donde absN y absN' son funciones equivalentes y absN' es la reducción η de absN.

absN :: Num a => a -> a
absN n = abs n

absN' :: Num a => a -> a
absN' = abs

Actualmente los lenguajes orientados a objetos más comunes están integrando características funcionales, como Java, que acaba de incluir funciones anonimas. Pero también están los lenguajes que a lo largo de su historia han sido multi-paradigma, como Python, e implementa características funcionales, procedurales y orientadas a objetos. El bien conocido algoritmo para verificar si un RUT es válido o no, se puede expresar funcionalmente en Python como esta escrito en el siguiente ejemplo.

def val_rut(rut):
    """
    Valida un string con un RUT con el guion incluido, retornando
    cero si es valido.

    Ejemplo: print(val_rut("22222222-2"))
    """
    return cmp(rut[-1],
               str((range(10) + ['K'])[
                   (11 - sum(map(lambda x: (int(x[0]) * x[1]),
                                 zip(reversed(rut[:-2]),
                                     (2 * range(2, 8))))) % 11)]))

Como se aprecia en el ejemplo, la validación se realiza utilizando expresiones o llamadas a funciones, sin uso de variables con estado y mutabilidad, donde cada llamada a una función se puede reducir a un valor determinado, y como resultado final se tiene un valor cero o distinto de cero que indica si el RUT es válido. Este mismo algoritmo funcional, se puede expresar en Haskell con llamadas muy similares, debido a que los nombres de las funciones y funciones de alto orden son bastante comunes entre los lenguajes funcionales.

valRut :: String -> Bool
valRut s = (((['0'..'9'] ++ ['K'])
             !! (11 - sum(zipWith (*)
                          (fmap digitToInt $ drop 2 $ reverse s)
                          (take 10 $ cycle [2..7])) `mod` 11)) == (last s))

De estos dos ejemplos, se puede decir que son funciones puras, principalmente debido a que no tienen variables libres y son una única expresión sin estado y no mutable a lo largo de la ejecución. El problema de la pureza es conceptualmente algo que se idealiza en la programación funcional, siendo abordado de diferentes formas por diferentes lenguajes. El objetivo es mantener las funciones y rutinas puras. En Haskell, con su abstracción más clásica conocida con el nombre de Mónada, permite entregar pureza a expresiones que parecen no ser puras, y en términos muy sencillos el Mónada reúne una identidad y una composición de funciones del tipo f(g(x)), todo a través de un tipo de dato que permite componer funciones sin abandonar ese tipo de dato y darle un aspecto procedural.

Personalmente creo que es importante aprender algo de programación funcional porque de alguna forma cambia la perspectiva que uno tiene de los programas. Uno generalmente esta acostumbrado a pensar en los programas como si fuesen una lista ordenada de instrucciones a seguir, cuando generalmente esa misma lista ordenada de instrucciones a seguir puede ser expresada como una función y más aun, como una función pura.

Eduardo Díaz Cortés
Eduardo Díaz Cortés
Autor

Ingeniero, autor, emprendedor y ejecutivo chileno. Apasionado programador.

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